Hacía muchísimo tiempo no me tomaba una pausa para regresa a Hellboy y, aprovechando mis últimos días de vacaciones decidí aventurarme en la lectura de las poco más de 400 páginas que tiene este volumen dos de las historias de este antihéroe mal encarado y rojo.

Como siempre, Mike Mignola me deja perplejo ante la dicotomía de su obra. Me explico: el universo de Hellboy presenta argumentos de grandes complejidades narrativas como el tema de los nazis, Rasputín y una centena de seres mitológicos y demoníacos pero a la vez, resulta ser todo tan familiar, todo tan contando de una forma sencilla y a la vez impactante… no lo sé, la verdad me cuesta darle un sentido crítico a esta obra, a sus personajes y todo el universo en donde están inmersos, pero si algo tengo que decir de todo esto es que siempre me deja sin aliento y lleno de asombro.

De otro lado, debo decir que las ilustraciones de este trabajo son maravillosas. Las viñetas son dinámicas y permiten al lector una inmersión muy intensa en la historia. El cómic de Mignola es toda una obra de arte y vale la pena leerlo.

En este volumen se cuentan varias historias que pueden entenderse como relacionadas entre sí, iniciando con algún tipo de invasión nazi extraterrestre, en donde nuestro protagonista rojo está obligado a hacer algo con lo que no está de acuerdo: acabar con un amigo. A partir de esto Hellboy decide abandonar la oficina de asuntos paranormales y decide irse lejos, al África. A partir de esto es que se desarrollan las demás historias del viaje de Hellboy a diferentes lugares extraños, que bien pueden ser reales o incluso hacer parte de sus sueños (o sus pesadillas). En uno de ellos la narrativa ubica al lector en un tipo de historia a lo Moby Dick paranormal… en fin, todo un viaje!!

No veo la hora de seguir con las demás compilaciones que tengo de este autor y sus siniestros personajes.