De todas las entregas de esta fabulosa saga, esta ha sido mi preferida.

Si bien podemos considerar que nuestro héroe es un joven adulto (o un post adolescente sin rumbo) que no tiene mucha idea del camino que tomará su vida, es un hecho que la causa del amor por Ramona vale la pena. Es algo así como su propia búsqueda del Santo Grial. Y a partir de la decisión de luchar por su relación es que se manifiesta con mayor claridad el paso de la adolescencia a la adultez de nuestro héroe.

En este sentido, este último libro de la saga empieza a mostrar el mejor momento de Scott Pilgrim (de hecho así se llama esta entrega). Y si bien, TODOS los hombres seguimos siendo niños por dentro y en gran medida lo único que cambia es el tipo y el precio de nuestros juguetes, en Scott se puede ver que la transición de su vida cotidiana está altamente marcada por la necesidad de ser responsable por su relación sentimental. De una u otra manera, es probable que esto haya pasado en la vida de todos nosotros.

Tomar decisiones implica en gran medida aventurarse hacia lo desconocido y, en muchas otras ocasiones, desprenderse de lo que creemos era indispensable para nosotros. Lo que es un hecho es que esta sensación de transitoriedad de nuestra vida es una constante permanente de nuestra propia existencia.

Y si, puede sonar dramático, pero debemos darnos cuenta de que es más simple de lo que parece.

Finalmente quiero comentar que este comic-saga de Bryan Lee O´Malley es una obra de arte pop. Conjuga una gráfica espléndida con una historia tan cotidiana que hasta parce que somos nosotros mismos los protagonistas. Recomiendo mucho la lectura de esta saga: tiene acción, intriga, drama, romance…así como cada uno de nuestros días y, justamente, eso es lo que la hace tan especial.