He sufrido un poco para terminar de leer Solaris. Por supuesto, esto no es culpa del libro.
Siempre he pensado que los libros no tienen la responsabiliad de no gustarnos o de cautivarnos; creo que somos los lectores quienes tenemos la responsabilidad de escoger un libro en el momento adecuado y poder disfrutar de la lectura. En este caso, Solaris me ha llegado en unos días bastante complicados, llenos de trabajo y de algunas dolencias, lo que ha suscitado que cada página haya sido como una bofetada, algo dificil de digerir y en últimas, de disfrutar. Pero esto, como ya he dicho, es mi responsabilidad y no del libro.
La ciencia ficción es maravillosa y Solaris es un ejemplo claro de esto. Está considerado por muchos como un clásico del género y su autor, el polaco Stanislaw Lem, ha sido considerado como un visionario. Publicado en 1961, Solaris es una historia sobre un futuro posible, en donde la humanidad ha hecho contacto con otra forma de vida. El argumento, que suele ser muy usual en las historias de ciencia ficción, tiene en Solaris un giro muy interesante puesto que esa otra forma de vida es una especie de ser vivo único e indivisible: un gran océano protoplasmático que cubre toda la superficie del planeta Solaris. En el libro se manifiesta que esta totalidad viviente que es ese océano, condiciona todas las actividades que se desarrollan en el planeta y que se comunica con la especie humana de formas inimaginables, tanto que el conocimiento científico del protagonista y de quienes lo acompañan no logran descrifrar.
Una de las formas de interacción se presenta a modo de alucinación. Los científicos que investigan al oceano y a Solaris empiezan a interactuar con una especie de ilusiones de seres muy queridos para ellos, descubriendo poco a poco, que estas manifestaciones son una forma de intoxicación generada por el gran océano, como modo de dominación de una vida inteligente a las otras especies ajenas a su propio ser.
Este libro, como buen libro de ciencia ficción, posee un lenguaje algunas veces muy técnico, que es usado casi siempre para describir y reflexionar sobre la construcción misma del cosmos y lo lejano que es para la especie humana conocer todos sus secretos. De igual manera, Solaris puede presentarse como una obra muy reflexivas, casi filosófica sobre la esencia misma de la existencia del hombre y su papel en el universo.
Espero que Solaris me de otra oportunidad para poder disfrutarlo de mejor manera.
