El sentido de esta entrada va en dos secciones / direcciones opuestas, pero relacionadas por este acto suicida característico del emblemático sujeto cultural que conocemos como Samurai.
En primer lugar quisiera mencionar que hay muchas apuestas editoriales que se hacen el harakiri sin pensarlo, o accidentalmente, pero finalmente es el lector quien sufre el filo de una lectura sosa y sin mucho contenido rompiéndole las entrañas. O bueno, al menos eso sentí leyendo la serie de 5 volúmenes de Marvel denominada RONIN. En un intento por poner a varios de los héroes más representativos de «la casa de las ideas» en la piel de unos samuráis sin amo, los autores de esta serie escriben una obra sin mayor contenido, desperdiciando casi por completo el contenido casi mítico que el samurai puede producir por sí mismo.
Si bien el fin de este blog no es el de la crítica literaria, sino más bien el de exponer mi experiencia personal con las lecturas que hago, sólo puedo decir que esperé mucho más de esta obra tan atractiva gráficamente.

En segundo lugar, para los que no lo saben, debo admitir que soy un fan de la literatura oriental, de toda ella en general pero específicamente de la literatura de posguerra, encarnada sobre todo, por las figuras de Kawabata y Mishima. El primero Nobel, el segundo suicida.
A sus 45 años Yukio comete seppuku y termina con su vida y con su obra. Sus libros han trascendido como algunos de los más importantes de la literatura japonesa del siglo XX. El día de hoy recibí por correspondencia 3 de ellos que no había tenido la oportunidad de leer, así que pronto tendrán noticias de ellos.