Este es un libro poderoso. Si bien no soy adepto a las lecturas de libros de auto ayuda, superación personal, crecimiento espiritual o como se les quiera llamar, eventualmente algunos temas me llaman la atención y decido darles una ojeada. Tal vez lo único cercano que leo en referencia a estos temas es lo que tiene que ver con el budismo y el mindfulnes, costumbre que he cultivado desde mis días adolescentes y practicante de artes marciales.
El poder del ahora me llamó la atención, en principio, porque tiene, desde su título, un postulado altamente relacionado con el mindfulnes. En segundo lugar, porque después de hacer una breve investigación sobre la obra, vi que se había convertido en best seller del New York Times y estaba recomendada por el mismísimo Deepak Chopra. Finalmente, tras consultar algunas notas sobre su autor: Eckhart Tolle, y ver que el principio de su cambio de vida fue un momento de crisis depresiva, me sentí interesado puesto que en estos tiempos aciagos, la depresión toca a nuestra puerta en los momentos menos pensados.
En general creo que el libro me ha gustado. Excepto algunos pasajes que plantean postulados contundentes e inamovibles. Tolle procura interpretar el pensamiento de otras instancias espirituales, como las del budismo, el taoísmo y el hinduísno, así como frases de la biblia, para construir un pensamiento propio que inspira y sostiene que el momento presente, el ahora, es primordial para la existencia consiente del Ser.
Creo que una de las cosas que me pareció más atractiva de los postulados de Tolle, es lo que tiene que ver con la idea del tiempo y de la mente. Respecto al tiempo, por supuesto, está la relación con el budismo y el mindfulnes: mucho pasado y mucho futuro nos enceguecen aquí y ahora. Y respecto a la mente, a mi modo de ver, el postulado es más complejo pero no menos interesante: Tolle plantea la necesidad de darle cabida a la no mente.
De muchas frases para recordar me quedo con la siguiente, que justamente está esbozada en relación al tema de la mente:
La iluminación no solo es el fin del sufrimiento y del conflicto continuo interior exterior, sino también el fin de la temible esclavitud del pensamiento incesante
Finalmente, creo que son muchas las lecciones que pueden salir de la lectura de este libro, pero que cada quien juzgue desde su propia lectura lo que le puede venir bien para su propia vida.
