Lo maravilloso de esta novela gráfica es que fue dibujada por el grande Mike Mignola, creador de Hell Boy, y esto le da un sentido particular a la historia escrita por Brian Augustini. En este entendido, Luz de Gas es una historia con un arco argumental que funde temporalmente a dos seres oscuros: Batman y Jack el destripador.
Tenemos entonces una ciudad Gótica ambientada en la era victoriana, en otras palabras, una ciudad Gótica verdaderamente gótica. Y me permito esta redundancia por que el énfasis oscuro de la historia se complementa con la sombra natural de una ciudad sin electricidad, que ameniza sus noches a la luz de las velas y del gas en el espacio público. El escenario es entonces propicio para que nuestro héroe se manifieste en un esplendor particular, sin sus habituales gadgets tecnológicos y con un cierto aire de demonio.
El arco resulta ser interesante por que lo que propone Augustini es que Jack el destripador es amigo personal de Thomas Wayne, el papá de nuestro héroe, y por envidia a la belleza de Martha, termina mandando a asesinar a la pareja. En su desvelo psicótico, no puede evitar ver el reflejo de la risa de la madre de Batman en las mujeres que se cruzan en su camino y como resultado, termina siendo un feminicida en todas las partes a donde va.
Debo decir que me pareció un poco predecible el giro, pero no por eso, deja de ser interesante la articulación y la forma como se configura la historia.
Gotham Luz de Gas es una historia que atrapa, es entretenida y vale la pena leerla. Y el aporte de Mignola es sin duda sublime.
