Con un cónclave entre los dioses romanos, que son los mismos griegos olímpicos pero con otros nonbres, así empieza Y Julia retó a los dioses que no es otra cosa que la continuación de la novela Yo, Julia de Santiago Posteguillo.
En esta entrega que cierra la duología (o será más adecuado decir bilogía, en verdad no lo se), Julia se presenta como ama y señora de un imperio dominado por hombres. Ella es la mano que mueve el poder y sus designios, a pesar de las tribulaciones, siempre tienen la intención de perpetuar la dinastía y mantenerse como la Augusta de Roma.
Esta obra no la he leido, la he escuchado, al igual que Yo, Julia. Si bien siempre voy a preferir leer que escuchar audiolibros, algunas obras se prestan para que escucharlas sea atractivo. En este caso, creo que la ficción histórica se presta muy bien para esto, puesto que la narración resulta ser envolvente y genera una gran expectativa todo el timpo.
A decir verdad, el título de esta libro está al revés. Fueron los dioses quienes retaron a Julia, ya conocemos estas manías en obras épicas como la Odisea, o los trabajos y pruebas para Hércules y Jasón. Y ahora, empecinados en que una prieta no tenga las riendas del imperio más grande y poderoso de la humanidad, los dioses no escatima esfuerzos contra una mujer que lejos estará de sentirse amedrentada. Julia, con su convicción fatídica de darlo todo por la gloria divina, sufre, pero impone su voluntad de manera inquebrantable.
Si bien el desarrollo de otros personajes es importante en este libro, el centro siempre será ella. Una obra que a mi modo de ver y por medio de una ficción bien documentada, resalta la importancia del papel de la mujer en la historia.
