A Orson Scott Card ya lo conocía gracias a la vasta saga de Ender, obra de la que ya he leído los primeros cinco libros que componen la primera parte de la saga. Como novelista con énfasis en la ciencia ficción. Scott Card me ha parecido un genio. Escribir sobre nuestro presente y la alternativa de otros mundos posibles es una tarea épica a mi modo de ver, que le da a la imaginación la posibilidad de explorar allende el universo y la humanidad misma.
Como ven pues, no soy ajeno a este autor y su obra. Y desde hace años sabía que en algún momento Scott Card había escrito cuentos. Y vaya sorpresa me he llevado hace pocos días en una librería al encontrar la pentalogía de cuentos llamada Mapas en un espejo. Sin pensarlo dos veces, he comprado los cinco volúmenes y los he empezado a leer.
El primer volumen de esta, digamos, compilación de relatos breves o cuentos, se denomina El ahorcado, cuentos de espanto. Y como bien lo dice el autor en la introducción, antes que el terror o el miedo, el concepto de espanto implica que se de una relación muy personal del lector con los personajes de los relatos, en donde la situación latente es saber que algo va a ocurrir, y la tensión generada, por antonomasia, repercute en el impacto que los desenlaces pueden tener en el lector.
En otras palabras, antes que miedo, los cuentos de este primer volumen generan una sensación de desasociego constante. Situación que nos compromete como lectores a no parar y hacer una lectura entusiasta y precavida, de principio a fin.
Debo decir que he quedado gratamente sorprendido con esta lectura. Los relatos aquí presentados incomodan al lector, lo sacan de su situación de confort y lo llevan a pensar en las múltiples posibilidades de cosas escondidas bajo su cama, o detrás de una puerta. Se vale sentir que el cuerpo y la mente se estremecen a lo largo de cada página escrita. Orson Scott Card, más allá de ser un gran novelista de ciencia ficción, es un escritor que puede meterse bajo nuestra piel.
