Este es tal vez uno de los libros que más me ha costado leer en lo que va del año. Las razones pueden ser muchas pero en este caso, no es un problema de la obra si no del lector.
El episodio final de la saga del problema de los 3 cuerpos de Cixin Liu es sublime, alucinante. A pesar de eso, la lectura del libro fue un poco tortuosa y llevó más tiempo del esperado. Los motivos pueden ser varios. Entre otros, tal vez los más relacionados, tienen que ver con los múltiples viajes que he hecho durante este semestre, así como las múltiples tareas y reuniones de trabajo que no paran y no dan espera. En otras palabras, como siempre, algunas veces lo urgente tiene más relevancia que lo importante.
Otro motivo que creo tiene un peso importante en el proceso de esta lectura fue la conclusión misma de la saga. Algo similar me sucedió con «Hijos de la Mente» intentando cerrar la primera saga de Ender. Lo que quiero decir con esto es que cuando uno lee un libro que hace parte de una saga, no sólo está leyendo un libro, sino que trae sobre los hombros la lectura ya realizada de los episodios anteriores y, eventualmente, el peso de todo esto es más difícil de llevar a cuestas.
De lo que no me cabe duda es que al terminar una saga la satisfacción es inmensa, comparable con muy pocas cosas.
El fin de la muerte mantiene un discurso seudocientífico, con caracterizaciones y análisis físicos y astro físicos que no distan nada de ser certeros y posibles. Este lenguaje también juega un papel importante a la hora de hacer una lectura continua de la obra. De igual manera, durante todo este volumen de la saga, el autor mantiene un infranqueable dualismo entre el futuro y la imposibilidad del mismo, en otras palabras, la desesperanza toca fondo, un fondo tan profundo que uno se llega a preguntar si Pandora dejó algo al final de éste.
El cierre de esta maravillosa saga es prolífico, poético, impactante. Puedo decir que el 2019 no hubiese sido el mismo sin haber leído esta alucinante obra.

Me queda compartirles una frase que está cerca del final del libro y que enmarca en gran medida el simbolismo de toda la saga:
El destino final de todos los seres inteligentes ha sido siempre alcanzar la grandeza de sus pensamientos.